12 de abril de 2014
Los Tsunamis mas devastadores de nuestra historia
La idea de que la tierra se rasgue es lo suficientemente terrible, pero la destrucción que causan los terremotos se intensifica por las enormes olas que pueden seguir a una perturbación sísmica masiva en el fondo del océano. A menudo, los habitantes de la costa tienen sólo unos minutos para huir a tierras más altas y cualquier retraso puede resultar en un gran número de víctimas.
En los últimos 50 años nuestra capacidad de investigar, predecir y registrar los tsunamis ha alcanzado nuevas alturas, pero la devastación causada por estas paredes imparables de agua también se han vuelto cada vez más evidentes.
Aquí tenemos una lista de los tsunamis más catastróficos en la historia reciente:
- El Tsunami de Alaska, 1964.
El 27 de marzo de 1964 fue Viernes Santo, pero el día de culto cristiano se vio interrumpida por un terremoto de 9,2 grados de magnitud (el más violento jamás registrado en la historia norteamericana). El tsunami resultante devastó la costa occidental de América del Norte, causando la muerte de 121 personas en lugares tan distantes como Alaska y California.
Las olas se registraron en alturas de hasta 30 metros y un tsunami de 8 metros arrasó el pequeño pueblo de Chenega, en Alaska, matando a 23 personas. El sismo también causó cambios permanentes en la geografía de la región, con áreas del terreno de Alaska cayendo hasta 2,4 metros.
- El tsunami de Samoa, 2009.
El 29 de septiembre del 2009, la isla de Samoa experimentó un terremoto de magnitud 8,1 cerca de las 7:00 am. Las olas del tsunami resultante llegaron a medir hasta 14 metros, en su nivel más alto, viajaron hasta un kilómetro tierra adentro en algunos lugares, tragándose aldeas y causando una gran destrucción.
Samoa, Tonga y Samoa Americana registraron 189 heridos, muchos de ellos niños, pero la pérdida de más vidas humanas se evitó gracias al Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico, que dio a la gente tiempo para evacuar a zonas más altas.
- El Tsunami de Hokkaido, 1993.
El 12 de julio de 1993, un terremoto de magnitud 7.8 partió la tierra en 80 millas de la costa de Hokkaido, Japón. Las autoridades japonesas respondieron con rapidez, emitiendo una alerta de tsunami, pero la pequeña isla de Okushiri estaba lejos de poder ser ayudada. A sólo unos minutos después del terremoto, la isla fue bombardeada por olas gigantes, algunas de los cuales llegaron a la asombrosa cifra de 30 metros de altura.
Fue demasiado para las barreras contra tsunamis colocadas en la isla y ciertas áreas fueron alcanzadas por múltiples olas. El terremoto se cobró 197 víctimas y el tsunami 250 habitantes de Okushiri (Hokkaido y el sureste de Rusia también se vieron afectados), aunque se salvaron muchas vidas, gracias a los recuerdos del tsunami del 1983 que afectó a la isla 10 años antes, lo que provocó una evacuación más rápida.
- El Tsunami de Tumaco, 1979.
Unos segundos antes de las 8:00 am del 12 de diciembre de 1979, un terremoto con una magnitud de 7,9 comenzó a hacer ruido frente a Colombia y la costa del Pacífico del Ecuador. El tsunami que siguió arrasó seis aldeas de pescadores y destruyó gran parte de la ciudad de Tumaco, así como varias otras ciudades de la costa colombiana. En total, 259 personas murieron, mientras que 798 resultaron heridas y 95 desaparecidas.
- El Tsunami en Java, 2006.
El 17 de julio de 2006, el fondo del mar cerca de Java, Indonesia fue sacudido por un terremoto de magnitud 7,7. El tsunami de 7 metros de altura azotó la costa de Indonesia, incluyendo un tramo de 150 kilómetros de Java que había tenido la suerte de quedar ileso por el tsunami del 2004.
Las olas penetraron más de un kilómetro tierra adentro, llegando al nivel de los edificios en lugares como la playa de Pangandaran. En total, por lo menos 668 personas perdieron la vida, 65 fueron declarados desaparecidos y más de 9.000 personas requirieron tratamiento médico por las lesiones sufridas a raíz del terremoto y tsunami.
- El Tsunami de Papua Nueva Guinea, 1998.
No se esperaba que el terremoto de magnitud 7,0 que sacudió la costa norte de Papua Nueva Guinea, el 17 de julio 1998, causara un tsunami tan devastador, sin embargo, el terremoto provocó un gran derrumbe submarino, que a su vez generó olas de hasta 15 metros de altura y un promedio de 10 metros de altura. Cuando el tsunami golpeó la costa, causó al menos 2.183 muertes, más de 500 personas desaparecidas y unos 10.000 habitantes quedaron sin hogar.
Numerosos pueblos quedaron muy dañados, mientras que otros, como Arop y Warapu, quedaron completamente destruidos. Si una sola cosa positiva puede extraerse de la catástrofe, fue que les dio a los científicos información valiosa sobre la amenaza de deslizamientos de tierra submarinos y los inesperados tsunamis que pueden causar, es de esperar que esta información permita salvar vidas en el futuro.
- El Tsunami del Golfo Moro, 1976.
En las primeras horas del 16 de agosto de 1976, la pequeña isla de Mindanao en Filipinas fue golpeada por un terremoto con una magnitud de al menos 7,9. El terremoto causó un enorme tsunami que destruyó más de 433 metros desde la costa, en donde los habitantes no estaban conscientes del peligro y de la necesidad de escapar a tierras más altas. Miles de víctimas fueron absorbidas hacia el mar.
En total, 5.000 personas perdieron la vida, con otros 2.200 desaparecidos, 9.500 heridos y más de 90.000 habitantes quedaron sin hogar. Ciudades y provincias de toda la zona norte del Mar Célebes de Filipinas, quedaron devastadas por el tsunami, con olas que llegaron a medir 5 metros de altura. Es considerado como uno de los peores desastres naturales jamás ocurridos en dicho país.
- El Tsunami de Valdivia
En 1960, el mundo experimentó el terremoto más fuerte desde que comenzó a registrar estos eventos. El 22 de mayo, el gran terremoto de Chile (magnitud 9,5) comenzó en la costa sur del centro de Chile, causando una erupción volcánica y un devastador tsunami. Olas de hasta 25 metros de altura azotó las áreas locales, mientras que el tsunami se aceleró a toda velocidad a través del Pacífico, con la primera ola golpeando en Hilo, Hawai alrededor de 15 horas después de que el terremoto comenzó, matando a 61 personas. Siete horas más tarde, las olas golpearon las costas de Japón, causando la muerte de 142 personas más. Se estima que hasta 6.000 personas perdieron la vida debido al terremoto y el tsunami.
- El Tsunami de Tohoku, 2011.
Aunque todos los tsunamis son peligrosos, el tsunami que golpeó a Tohuku, Japón, en el 2.011, podría tener las peores consecuencias a largo plazo. El 11 de marzo, se registraron olas de 10 metros de altura, después de un terremoto de magnitud 9.0, aunque algunos informes dicen que las olas llegaron a medir hasta 40 metros de alturas, viajando casi 10 kilómetros tierra adentro.
Unos 125.000 edificios quedaron dañados o destruidos, la infraestructura del transporte también fue golpeada duramente. Si bien, el alarmante número de 25.000 personas muertas o desaparecidas es suficientemente terrible, el tsunami resultante también dañó la planta de energía nuclear de Fukushima, provocando una crisis y un desastre en el nivel más alto de la escala internacional de Sucesos Nucleares.
Todas las consecuencias de este desastre nuclear aún no están claras, pero la radiación se ha detectado a más de 300 kilómetros desde la planta.
- El Tsunami del Océano Índico, 2004.
El mundo se sorprendió por el mortal tsunami que afectó a los países que rodean el Océano Índico en el 2004, recaudando cerca de $ 14 mil millones de dólares en ayuda humanitaria. El tsunami fue el más letal que jamás haya ocurrido, con una terrible cifra de 230.000 muertos, afectando a 14 países (el más afectado fue Indonesia, seguido por Sri Lanka, India y Tailandia).
El masivo terremoto submarino tuvo una magnitud de 9,3, y provocó olas mortales que llegaron a medir hasta 30 metros de altura. Los tsunamis inundaron varias zonas costeras tan sólo 15 minutos más tarde y duró siete horas después del sismo inicial. A pesar de tener horas para prepararse para el impacto de las olas en algunos lugares, la falta de un sistema de alerta de tsunamis en el Océano Índico llevó a que muchas zonas costeras densamente pobladas fueran tomadas por sorpresa.
Dicho esto, algunos lugares se salvaron gracias al aporte del folklore local, e incluso por el conocimiento de los niños que habían aprendido sobre los tsunamis en la escuela, factores que permitió a la gente a reconocer y actuar sobre los signos de alerta temprana.
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